sábado, 6 de julio de 2019

“La marca de la inocencia”

El 5 de julio en Biblioteca Juan Bautista Alberdi de Lujan, se presentó la novela inspirada en hechos reales "La Marca de la Inocencia" de María Elba Mariotti


PRÓLOGO DE MARÍA TERESA CAGLIONI
“La marca de la inocencia” es una novela escrita desde el conocimiento de la vida de un joven que asistió a la Escuela de la cárcel, donde María Elba Mariotti se desempeñó como Directora. Es una historia basada en la realidad, (insertando hechos ficticios para proteger la identidad del protagonista) mostrada desde el nacimiento de Daniel, cuando el desamor lo condenó a las peores desventuras. 

Debido a su conducta, Daniel debió asistir a distintos ámbitos de recuperación desde niño, como la Comisaría del Menor, al Centro de Orientación Socio Educativa; organismo para detención de menores de edad que deben cumplir alguna pena por participar en actividades delictivas, a Regreso a la vida; Comunidad Cristiana cuyo carisma es trabajar con aquellas personas de las que muy poco se ocupan: portadores de S.I.D.A. prostitutas, chicos de la calle, alcohólicos, drogadictos, a C.E.A.; Centro de Rehabilitación de Adultos, y hasta la cárcel. En ellos, tuvo la atención de profesionales, y encontró ayuda de compañeros y directivos, cuando debió superar distintas crisis provocadas -algunas veces- por la privación de consumo de estupefacientes. 
La autora sabe de qué habla cuando hace foco sobre su existencia dura, poblada de mentiras, desamparo, asaltos, droga, muertes, y de las batallas íntimas que debe enfrentar contra sus propias conductas instaladas, y que desea revertir. Pero María Elba conoce también del andamiaje carcelario y lo aproxima al lector con detalles. En la penitenciaría se debían soportar acciones severas como el hacinamiento, los motines, los castigos, las humillaciones, los rigores del invierno sin abrigos… Entorno, nada apropiado para rehabilitar a una persona que por distintas circunstancias es privada de la libertad. Todo tan vívido en la narración, que queda plasmado -por transcribir algunas situaciones- de la siguiente manera:
“El drama en este lugar solía comenzar con una alucinante ceremonia de iniciación, durante la cual se viola para humillar, más tarde se permite el sexo por la protección que invariablemente ofrece un padrino o muchacho mayor. …… Cuando la situación se tornó insostenible, decidió marcar su territorio. …… Se trabó con gran ímpetu en una lucha con un interno mayor que él, pero con tal mala suerte que uno de esos golpes dado con gran violencia y sin medir las consecuencias hizo que su contrincante se desplomara al piso, sin vida”
La voz del narrador omnisciente cumple verdadera relevancia en el relato cuando reflexiona, desgarrando el alma de quien lee la obra. Dice: “Un niño no esperado y la marca de una infancia distinta y atroz, que ningún chico debiera padecer, lo acompañarían y le darían un sello inconfundible por el resto de sus días” 

Desde el Capítulo V, la novela da un vuelco significativo. Debido a que las Autoridades carcelarias gestionaron aulas satélites en la Penitenciaría Provincial; reclamo que llevaba tiempo solicitándose, se concretó la apertura de las mismas, y María Elba Mariotti fue la responsable de abrirlas, y que darían instrucción a los procesados. 
Es aquí donde la autora, con su sensibilidad de Maestra, deja su impronta en la novela: Daniel, el niño que creció sin afectos, aprendiendo los códigos de la calle y de la cárcel, siendo catalogado como un interno de máxima peligrosidad, tiene manifestaciones que denotan sentimientos. 
Se transcribe: “…esperaban los futuros alumnos la apertura de las aulas. ….… La Directora, se vio interceptada por un interno que corrió hasta alcanzarla y cuando estuvo frente a ella lo único que atinó a decir fue: ¿No me reconoce? Soy Daniel… Los ojos quedaron humedecidos por las lágrimas, ambos se confundieron en un abrazo, cuyo significado solo ellos entendían”
O cuando dice: “Los días de visita se sentaba en el patio, miraba y miraba hacia la puerta de entrada, sus ojos se cansaban, pero nunca logró divisar la silueta de su abuela, el único pariente que conocía”
Daniel, el alumno de María Elba Mariotti cumplió la condena. Una condena merecida por sus actos indebidos, aprendidos como consecuencia del abandono y el desamor de sus padres, y de familiares cercanos. 
Al salir de la cárcel, en la Plaza del barrio donde vivió “reflexionaba sobre el proceso de reinserción, para el cual muchas veces ni él ni la sociedad estaban preparados. Durante el tiempo que pasó encarcelado, imaginó que el día de su liberación sería el más feliz de su vida. Y sin duda lo fue, pero el sabor de la libertad tiene un gusto amargo” Sin saber qué hacer, “…..estaba deprimido, pensando que los demás se asustarían de él, tal vez de su mirada, o que su aspecto despertaría desconfianza”
Sin embargo, el destino le ofreció la oportunidad de un trabajo, de estudiar en un C.E.N.S.; secundarios de adultos, y un proyecto de vida en acción donde “…… las horas desagradables que le tocó vivir desde el comienzo de su existencia quedaron guardadas en un lugar muy recóndito de su alma, para no asomar jamás”
“La marca de la inocencia” es una historia conmovedora, por la temática desarrollada, por la responsabilidad que tiene la cárcel en la rehabilitación de presos, y porque la escuela es la puerta que conduce siempre a la libertad de todos los hombres.

Felicitaciones María Elba Mariotti
---------------------------------------------------------------------------------------------
SEDE DE S.A.D.E. MENDOZA

Peatonal Sarmiento 45 - Pasaje San Martín - Mendoza
3º piso - of. 134

Tel. (0261) 423 1621
Lunes y jueves de 17:30 a 20:30
Martes, miércoles y viernes de 09:30 a 12:30hs

2 comentarios:

  1. Luego de haber leído la novela, veo un relato minucioso con ternura y dolor. Una experiencia muy conmovedora y llena de esperanza. La reciliencia de ese muchacho marcado por el desamor y la tragedia, es digno de ser tenido como ejemplo. Un libro que deberían leer los jóvenes en los colegios. Felicito a la autora y le mando mi cariño.

    ResponderEliminar